y empiezè a sueñar
amanecìa, sìn percibirle.
los ojos abiertos tras las heridas de las nubes
pero el sabor era tan dulze de azucar, que no supe alejarme.
las sombras eran calidas de recuerdos
y sìn cuenta del tiempo, me dejè en los sueños, nel silencio
despacio, sìn prisa.
pero el aire era tan ligera, que no supe volar màs allà
era tan facil sentir
que no supe que sentir
y empiezè a quemar, frotandome al lucir del sol.
y no supe que brillar junto a èl.
quedè mi mirada,
luz en las cuevas de mis retinas, hasta hacerme ciega
pero no supe resistir
y no dejè caer mi mirada.
solo entonces
empiezè a ver. Al llegar del blanco.
pero no supe desquerer, y me dejè fascinar.
Era luz, era blanquear, era la visiòn màs bella nunca abrazada.
pero no supe que hacer de mi corazòn asì llenado
y empiezè a gotear.
el corazòn rebozaba, afluiba,
y no supe resistir a su echar, y empiezè a volverme.
y la falta de mi piel me llenaba de gloria y de furor y no supe no helar,
cuando los cielos derrumbaron el pecho, fragmentos boreales, luces de perla.
yo no supe resistir, como nunca sabrè
y empiezè a cancelar....